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La Reconciliación:    

El hombre por muy duro que sea, no puede negar el amor, Pues estaría negando su propia existencia.
Aun dentro de la disciplina del bdsm.


" Lex Black"

En los siguientes días, seguíamos viéndonos en el trabajo, comíamos juntos o de vez en cuando nos sentábamos a platicar, cosas triviales, pero me di cuenta que ella no hallaba la forma de abordar lo sucedido aquel día. Cuando ella intentaba decir algo de lo sucedido ese día se sonrojaba y agachaba la cabeza, como para no delatar su ansiedad. Al notar esto, yo me adelante y le pregunte, ¿qué pasa contigo? ¿Quieres hablar de lo que paso ese día entre nosotros?, ella movió la cabeza afirmativamente, y comencé diciéndole: (mira, dentro de esta relación de Amo y Sumisa no deberá de haber ningún tipo de secretos, Hay una verdadera aceptación de todo lo que se pida y haga en cuerpo y alma, es poner tu vida en las manos de tu amo, el cual jamás pensara ni te hará daño, ya que de ahí nace el amor a la confianza para seguir una vida plena entre dos seres amantes al arte del bondage).

Ella, al oír esto me contesto muy precavida: (es que me dio miedo de no saber qué me iba a pasar), a lo que yo le conteste: (mira te lo digo bien claro, ¿quieres vivir de nuevo esta hermosa experiencia, hasta llegar al clímax de tu propia existencia?, si es así tendrás que depositar tu vida en mis manos, y con esto quiero decir todo tu ser incondicional a mi voluntad, ¿estarás dispuesta a hacerlo?).

Ella, lo pensó un instante y acertó a decir “si” pero fue un sí rotundo y sin titubeos. “ Bien”, conteste y continúe: ( esta vez que salgamos juntos habrá experiencias diferentes, nuevas y complicadas, para lo que tú en esta vida simple, no estás acostumbrada, te lo digo porque quiero que mentalmente te prepares a gozar estas nuevas vivencias, la cita para volvernos a ver será dentro de dos semanas, yo paso a recogerte a ti, para llevarte al lugar donde vamos a estar, pero desde hoy te lo digo, ya no quiero hablar de esto hasta el día en que estemos juntos, ¿estás de acuerdo? ), ella asistió con la cabeza afirmativamente. (Propuse de plazo dos semanas más, solo para ver como a lo largo de ese tiempo, se moría de ansiedad por saber lo que pasaría ese día).

Llegadas las dos semanas para el día de nuestra cita, he de confesar que durante ese largo tiempo y conforme se acercó el día de estar juntos, ella se notaba cada vez más ansiosa y cuando se cruzaban nuestras miradas o se tocaban ligeramente una parte de nuestros cuerpos, se sonrojaba y temblaba de ansiedad, a final de cuentas, esa era mi intención de haber esperado tanto tiempo, de despertar sus sentidos al máximo para esa ocasión.

Por cierto, ella no sabía que esta vez pasaríamos un largo fin de semana juntos, probando diferentes experiencias en bondage y bdsm, no sé qué pasara cuando vea y experimente una nueva forma de amar y de probar las relaciones sexuales un tanto diferentes a las que ella ya estaba acostumbrada.

Regresando al día de nuestra partida, como la vez pasada, repase el equipo que usaría dentro de unas horas, pues ya casi eran las cinco de la mañana y tendría que pasar por ella a las seis, esta vez tendría que llevar bastantes metros de cuerda de algodón de dos diferentes calibres, ocho pinzas de plástico para ropa, unos googles obscuros, una seda negra, aceite de almendra, una mordaza de bola negra, una daga y unas correas negras para manos y pies.

Ya revisado todo el equipo, lo metí a la mochila negra y Salí de mi casa, abrí la puerta trasera del auto y ahí deposité la mochila negra, cerré y luego abrí la puerta delantera de mi auto y subí, encendí el motor y fui recogerla al mismo lugar de la vez anterior.

 Esta vez llevaba un pantalón de mezclilla azul, unos zapatos negros y un top negro con una rosa al frente.

Pare el auto a un lado de ella, baje y me dirigí a donde ella estaba, abrí la puerta del copiloto y tomándola de la mano la ayude a subir al auto, ya ella dentro vi en su rostro una expresión entre felicidad, desconcierto, nerviosismo e incredulidad, cerré la puerta y me dirigí del lado del piloto, aborde el auto y nos pusimos en marcha, en ese instante voltio a verme y sonrió, Por dios, esa sonrisa nunca se me va a olvidar, era la sonrisa de un ángel, de un inocente ángel.

Llegamos a un hotel en Tepoztlán, en el cual se alquilaban bungalow, (es un tipo de cabaña campirana, con la diferencia que estas tienen una considerable distancia, una de otra, yo calcularía entre 200 y trecientos metros de distancia. Yo baje del auto para ir a alquilar una de estas cabañas en las oficinas, mientras ella se quedó dentro del auto, dentro ya de la oficina alquile el bungalow para todo el fin de semana y solicite al administrador que me diera la que estuviera lo más alejada del área de hospedaje, el administrador me sugirió una que estaba retirada al pie de una montaña, que regularmente la usan personas que van a acampar y quieren cierta privacidad para hacer fogatas o armar construcciones fuera de ella, este lugar era perfecto, era el lugar ideal que yo estaba buscando, así que lo rente por tres días, todo el sábado, el domingo y el lunes hasta las seis de la tarde.

Salí de las oficinas con el rostro lleno de satisfacción y subí al auto, ella solo acertó a decirme que ese lugar estaba muy bonito, y yo afirmé positivamente con la cabeza.

Llegamos al último bungalow, he de decir que efectivamente, la choza más cercana estaba como a 350 o 400 mts. De distancia con respecto a la que íbamos a habitar, descendimos del auto y caminamos hacia el lugar, abrimos la puerta y nos metimos en él.

Ya adentro de la choza le dije: (ve hasta la entrada del parque y compra algo de beber, aquí te estaré esperando), desde ese momento ella ya sabía que no tendría que decir absolutamente nada, así que tomo el dinero que le ofrecí, dio media vuelta y salió de la choza, calcule que se tardaría media hora o más en regresar, así que me prepare.

Ocupe ese tiempo para observar el lugar, para ver de qué forma podría yo ocupar todo el material que había traído para la ocasión, observe el piso, las paredes, los marcos de las puertas, la cama, un techo que estaba encima de la cama, después de haber imaginado los escenarios que podría yo hacer, me acerque a un sillón doble de mimbre y me senté a sacar el material que había traído y lo deposite en una mesa de centro, hecha del mismo material que la del sillón, luego lo acomode en un pequeño closet que estaba en la habitación.

Cuando ella regreso me pregunto:

¿Ahora qué hago?, a lo cual le conteste, (Te voy a dar cuatro reglas que practicaremos estos tres días) cuando le dije esto, ella puso una cara de entre asombro y felicidad y la verdad no supe porque, y termine (son reglas – ordenes), y enumere:

1.- no vas a hablar a menos que yo te lo pida

2.- vas a obedecer en todo lo que yo te diga sin ni siquiera mirarme a la cara.

3.- vas a permanecer desnuda todo el tiempo, hasta que salgas de aquí, tus únicas indumentarias van a hacer tus zapatillas negras y eso solo cuando yo quiera verte con ellas.

4.- de romper alguna de estas reglas, serás castigada, según el grado de desobediencia.

A lo cual yo le pregunte: (¿quedo bien claro lo que te acabo de decir?), ella un poco desafiante asistió afirmativamente con la cabeza. Tome de la mesa de centro una pequeña agenda con un bolígrafo y se la di en las manos, Y continúe (bueno ya entendido lo anterior, lo primero que vas a hacer es escribir en este cuaderno las cuatro reglas que te acabo de dar, Y cuando termines me vas a buscar a la habitación).

 

Me di media vuelta y me dirigí a la recamara que estaba a tres metros de la sala, abrí la puerta, entre y ahí en medio había una cama, camine hacia ella y me recosté, al pasar diez minutos se abrió la puerta de la recamara y ella apareció con la libreta en la mano, se acercó a mí y tendiendo la mano me la dio, yo me incorpore de la cama, me pare frente a ella y tome en mis manos la libreta, di vuelta y fui a una cómodo que era parte de la recamara, ahí la deje, voltee y le ordene ( colócate a un lado de la cama, y sin sentarte, comienza a desnudar tu cuerpo, y solo tendrás puesto en tu cuerpo el sostén y la pataleta que traigas).

Ella sin mediar palabra obedeció, poco a poco vi cómo se quitaba la ropa, yo al observar como iba quedando su cuerpo desnudo me embargo una ansiedad insospechada dentro de mi, tenía yo ansiedad de poseerla, pero me controle y espere a que se quitara la gran parte de su ropa, hasta quedar tan solo con una tanga y su sostén negro,

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Ninguna mujer puede llamarse a sí  misma "Libre" cuando no tiene el control sobre su propio cuerpo.

"Margaret Sanger"

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Ya tan solo con esas dos prendas le dije que se recostara en la cama, ella lentamente obedeció, primero se sentó en ella, y luego muy suavemente deslizo su cuerpo sobre el tendido de la cama, quedando ella tal como se lo había pedido, viendo hacia el techo, entonces camine hacia el pequeño closet que estaba en esa recamara, lo abrí y extraje de ahí unas cuerdas de algodón y una daga tipo egipcia, di vuelta y camine hacia la cama donde ella estaba recostada, me coloque a un lado de la cama y le dije “levanta los brazos” y ella obedeció, tome sus manos, las cuales junte y ate sus muñecas con firmeza, sin posibilidad de que ella pudiera disolver el nudo. Luego me recorrí a donde estaban sus pies e hice lo mismo, los junte y los ate alrededor de los tobillos, de igual manera, sin posibilidad de que se soltara el nudo, de lo cual ella solo dejo oír un leve gemido.

Me levante de la cama y la contemple, atada y semidesnuda, a merced mía, así que tome la daga y con la punta de la misma comencé a recorrer su cuerpo, comenzando por el cuello, ella al sentir lo filoso y frio de ella gimió más fuerte, a lo que le dije: (de nueva cuenta vuelves a hacer lo mismo y te podre una mordaza, ¿entendiste?).

A lo cual solo recibí como respuesta, un silencio muy profundo. Y así continúe, muy despacio volví a colocar la punta de la daga en uno de los hombros, y de ahí fui recorriendola hasta llegar a su pecho, con la punta de la misma, pase por en medio de sus senos y ahí salte su sostén y continúe paseando la daga por su vientre, circule su ombligo, continúe hasta llegar a su tanga negra, ahí lo que hice fue marcarle ligeramente con la daga toda su tanga, quedando una marca bien delineada y rosada, he de comentar que el área púbica, estaba bien rasurada, de nueva cuenta se había preparado bien para este día. Así continúe hasta llegar a sus muy hermosas piernas, comencé con la pierna derecha, ahí con mucha delicadeza y cuidado le marque una letra griega (Alfa), ya terminada, salte la punta de la daga a su pierna izquierda y de igual manera con mucho cuidado le marque otra letra griega y esta vez fue un (omega) así continúe con la punta de la daga hasta llegar a sus pies. Ahí me detuve, me levante y fui a la pequeña cocina que estaba a un par de metros de ahí, tome de entre las cosas que trajo ella de beber, una coca cola en lata y comencé a beber de ella, con mucha ansiedad, pues ya estaba sudando, deposite la lata en el mueble de la cocina di media vuelta y regrese a la recamara y antes de llegar a la cama donde ella estaba, tome asiento en una silla que estaba al lado de mí, y me puse a observarla detenidamente, a disfrutar ese raro placer de tener el control de otra persona en tus manos, el placer del poder, la verdad es que lo disfrute mucho.

Después de varios minutos me levante, y camine hacia ella, y sin decirle nada la tome de su frondosa cabellera negra y rizada, levante su cara  y acerque la mía a la de ella y  mis labios se juntaron con los de ella en un beso tan profundo y largo que cuando separe mi labios de los suyos ella respiraba con dificultad, pues le faltaba aire, ese beso fue tan largo y repentino que no alcanzo a tomar aire por lo cual ya sentía asfixia, y así como la tome del cabello la volví a soltar, ella jadeaba y solo acerté a reír de verla como le costaba trabajo tomar aire y normalizar su respiración, me imagino que la misma ansiedad por estar atada, los nervios, la posición y sobretodo la pasión que desperté en ella, hizo que el respirar le fuera más difícil.

Así pasaron un par de minutos y cuando la vi ya recuperada, le ordene que oyera lo que oyera, sintiera lo que sintiera, no quería que moviera por ningún motivo, ella movió afirmativamente con la cabeza, y continúe “así en esa posición en la que te deje, así permanecerás hasta que yo te ordene otra cosa, entendiste” y ella, en esa posición apenas y si pudo mover la cabeza afirmativamente.

 

Tome entre mis manos de nuevo la daga, me subí a la cama y me senté encina de ella a la altura de su vientre, con la mano derecha tome su sostén por la parte media y lo jale hacia arriba, muy fuertemente, haciendo que sus senos quisieran salir de esas copas negras que los tenían aprisionados, desde mi posición solo alcance a ver como cerraba los ojos fuertemente, y con la daga en mi mano corte el sostén por la parte de enfrente, haciendo que este cayera dividido a cada lado de su cuerpo, dejando libres sus senos, puse la daga a un lado de ella, me incline y con mucha delicadeza y sin lastimar, me levante y me coloque de nueva cuenta a un lado de la cama, vi su cara y note que tenía los ojos cerrados y apretaba los labios con sus dientes, así comencé a retirar lo que quedo de su sostén, no fui demasiado delicado con ella en este acto ya que el peso de su cuerpo reposaba en la cama, de un jalón fuerte, pude sacar rápidamente lo que quedo de ese sostén negro, ella volvió a gemir… en ese instante pensé, (ya llevaba dos notas malas desde la última vez que se lo advertí). Entonces vi como sus senos estaba duros… hinchados, sus pezones estaba erguidos y duros, pensé en tocarlos, apretarlos, chuparlos, pero no… eso será después.

Una vez ya retirado el sostén, me incorpore y di un paso para colocarme a un lado de ella, en donde estuviera a mi alcance su tanga, tome la daga con una mano y con la otra, tome los cordones de su tanga y coloque la hoja de la daga entre su prenda y su cuerpo, y así comencé a pasarla de un lado a otro, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda varias veces, y sin previo aviso jale la daga fuertemente hasta cortar la cinta de la  tanga de un lado, a lo cual volvió a gemir y de inmediato coloque la hoja de la daga en el otro cordón  de su prenda, y de un fuerte jalón lo corte, quedando así lista la prenda, para ser retirada de su cuerpo, yo al cortar la otra parte de su tanga, ella volvió a gemir fuerte.

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Si dar importancia a ese suceso,  comencé a retirar los resto de la prenda de su cuerpo, si se me dificulto, y no tanto para retirarla de la cintura, sino de la parte que quedo entre las piernas, ya que la prenda estaba en medio de sus labios vaginales ya hinchados de placer, hay que recordar que las piernas al estar atadas, estaban apretando la prenda y sus labios vaginales, así metí mi mano entre su espalda y la cama, y jale fuertemente, a lo cual obtuve otro gemido y me percate hasta entonces que tanga y cama estaba ya muy húmedas. Me levante y tire lo que quedo de la tanga negra a un lado de la cama y volví a inclinarme para comenzar a besar todo su cuerpo moreno, atado y desnudo, parte por parte, comencé por su cuello, hombros, Senos, aquí sin olvidar el chupar con fuerza sus libidos pezones, con la legua proseguí hasta llegar a su ombligo, y continué... con la pura punta de la lengua pase varias veces por el monte de venus, proseguí por sus piernas y hasta llegar a los tobillos, al rosar mis labios con su piel ella temblaba, vaya que, si temblaba todo su cuerpo, todo su ser, ella tan solo vibraba al compás de mis labios.

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- Si tu no eres libre de elegir mal y de manera irresponsable, no eres libre del todo. -

Jacob Hornberger

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Ya después de haber besado todo su cuerpo, di media vuelta y me retire de ahí a donde estaba la silla, con la que anteriormente había usado para sentarme, ahí estuve varios minutos… observando su cuerpo desnudo, de pronto pose mis ojos en sus ojos, observándonos fijamente, sin palabras ni movimiento, tan solo esa mirada chispeante, desafiante, no sé, solo sé que nunca olvidare esa mira de suplicio, rogando por mas, pidiendo que siguiera haciendo con ella lo que se me venga en gana, di media vuelta y fui a donde tenía mi equipo, de ahí tome otra cuerda de algodón y unos googles negros, Salí del pequeño closet y me dirigí a donde ella estaba, deje la cuerda a un lado de ella y alce su cabeza para colocar con mucho cuidado los googles, ya que estos eran fácil de enredarse en su risada cabellera. Ya con los googles en su cabeza, hice que estos cubrieran perfectamente sus ojos, pues la idea era esa, que ella no pudiera ver nada de lo que estaba a punto de hacer.

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Tome la cuerda que ya había traído y con fuerza sujete sus manos atadas y pase la cuerda doble de algodón entre ellas, después las jale en dirección a su vientre, así que me recorrí a donde estaba sus pies atados, los tome con mis manos y los doble de igual forma hacia su vientre, ahí pase la misma cuerda doble entre la atadura que tenían sus tobillos y jale con mucha fuerza hasta que pies y manos quedaron juntas, ya en esta posición pase una y otra y otra vez la cuerda ente las ataduras de sus manos y pies anudando fuertemente y con firmeza, durante este tiempo ella no dejaba de gemir, de nueva cuenta la tenía ahí atada y sumisa, lista para hacer de ella lo que a mí me plazca, di dos pasos hacia atrás para mirarla un par de minutos, y la verdad es que en la posición, en que ella quedo es una de las más hermosas dentro del bondage, esta posiciones es una de mis favoritas, después de un rato me acerque  a ella y la tome de las piernas, la gire y le di exactamente diez nalgadas firmemente aplicadas, ella no dejaba de moverse, tratando de que cada nalgada no callera en el mismo lugar, pero fue en vano, ella rompió en llanto, volví a dar un paso hacia atrás y di media vuelta, camine hacia la puerta de la recamara y Salí de ahí, la deje recostada en la cama, atada… llorando.

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Salí y tome un baño, luego fui a la habitación a ver como estaba, ahí la encontré dormida, me senté junto a ella y comencé a soltar las ataduras de las manos y pies ( por cierto ya  estaban moradas e hinchadas por la falta de circulación en ellas ), al sentirme, despertó de inmediato, a lo cual le retire los googles negros y su mirada cruzo con la mía, la note triste, continúe desatándola y me percate de cómo habían quedado marcadas las cuerdas en sus muñecas y tobillos, su piel estaba fría, cuando termine de soltarla la ayude a acomodarse nuevamente  en la cama, le acaricie  el cuerpo durante unos diez minutos tan solo para que sus manos volvieran a su color normal.

le volví a atar las manos a nivel de las muñecas y los pies a nivel de los tobillos, volteó a ver su cara, pero me dio la impresión que más que sufrir el momento lo estaba gozando.

ya atada de manos y pies la ate a la cama, primeramente de las manos a la cabecera, hecho esto le puse una mordaza de bola  color rosa en la boca y volví a color los googles negros en sus ojos, ya hecho esto la tome de las ataduras de los pies y con gran fuerza la jale estirando su cuerpo al máximo si dejar de apoyarme de la base de la cama, lo cual me dio la oportunidad de atar sus tobillos con firmeza, de inmediato vi como los pies se pusieron morados, cosa que me preocupo al instante... fui a ver su rostro y solo pude ver que gemía... pero esta vez de dolor y muy difícilmente vi como una que otra lagrima salían de esos googles obscuros, tome una cámara y comencé a tomar fotos.

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Ya después, solté sus ataduras de la cama y también la de sus manos que ya estaban literalmente moradas, ella solo sollozaba, la deje descansar cinco minutos Y la voltee boca abajo y ate de nueva cuenta sus manos a la espalda y era lógico que ella ya se quejaba de las marcas en sus muñecas y tobillos a lo cual hice caso omiso, y de nueva cuenta junte pies y manos para volver a anudar a su espalda, así la deje un buen rato mientras yo preparaba la cama para la siguiente atadura, ella tan solo suspiro.

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Ya tenía listo las  ataduras así que le solté las manos y pies, de nueva cuenta la deje reposar alrededor de diez minutos y Luego la coloque en posición de cruz ( he de decir que al estarla colocando e indicándole como y donde pusiera sus manos o pies, era como si estuviera manipulando a una muñeca, pues ya su voluntad no era suya, hacia exactamente lo que yo le indicara sin protestar ) y así termine atándola de las manos a la cabecera de la cama, luego la pierna izquierda la ate firmemente a la pata de la cama derecha, luego flexione su pierna derecha y a la altura de la rodilla ate está a la pata izquierda de la cama y por ultimo ate su pie en la pierna izquierda.

Así y en esa posición más que cómoda le coloque una frazada encima y ella volvió a dormir un rato, el cual aproveche para salir a comer y a comprarle algo también a ella para que comiera.

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Regrese al bungalow después de haber comido, aproximadamente un par de horas, llevaba comida para ella, abrí y entre al lugar y deje la comida en la mesa de comedor y fui a la habitación a ver como estaba, ahí la encontré dormida, me senté junto a ella y comencé a soltarla sus ataduras de las manos y pies, ella al sentirme, despertó de inmediato y su mirada cruzo con la mía, la note triste, continúe desatándola y me percate de cómo habían quedado marcadas las cuerdas en sus muñecas y tobillos, su piel estaba fría, cuando termine de soltarla la ayude a levantarse y la lleve a que comiera en el pequeño comedor que ahí había, al terminar nos paramos y la acompañe a un sofá, ahí la invite a que se sentara junto a mí, encendí la tv y ahí junto a mí, se quedó dormida, ya próximas las diez de la noche, me pare y me retire a la recamara, ella se quedó profundamente dormida en el sofá, y no la volví a ver hasta el otro día.
Eran pasadas las ocho de la mañana y me levanté, por la ventana se veía que iba a ser un día muy cálido, ya que el sol ya calentaba el bungalow y se sentía el ambiente muy agradable, me vestí y Salí de la recamara, de inmediato mis ojos se posaron en el sofá y ahí estaba, aun dormida en posición fetal, me acerque y le toque su desnudo cuerpo, estaba frio, al pasar yo mi mano sobre ella, despertó y de inmediato se incorporó, a lo cual la tome del brazo y la invite a que tomara asiento en el sofá, y sin mediar palabra ella acomodo su cabeza en mi regazo, y ahí nos quedamos un buen rato, yo acariciando esa rizada y negra melena, después de ese rato le pregunte que si quería comer y ella asistió con la cabeza, me pare y le di instrucciones: ( voy a comprar para que hagas el almuerzo, mientras arregla la recamara y date un baño, cuando yo regrese te quiero vestida de negro con medias negras y tus zapatillas, ya que harás el almuerzo ), y ella casi susurrando me dijo que siii. Di media vuelta y Salí, mientras caminaba iba yo meditando que desde que llegamos ella obedeció en el aspecto de no hablar o ponerse algún tipo de ropa, la verdad es que yo pensé que sí me iba a hablar, o que en algún momento se pondría una de sus prendas… pero no, me sentí decepcionado ya que, si pensé que iba a romper una regla, y yo ya saboreaba el momento de aplicarle un castigo… pero me quede con las ganas de hacerlo, sin embargo, tendría que premiarla por su buen comportamiento y yo ya sabía cómo.

Las relaciones SM son en última instancia relaciones entre iguales.

Jay Wiseman

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Después de una hora aproximadamente Llegue con el almuerzo y entre al bungalow, y ahí estaba ella de pie, a un lado de la entrada a la cocina, tal como yo le había ordenado… de negro, bien aseada y sonriente, fuimos a la recamara, y ahí tome del pequeño closet de la habitación una larga cuerda pero más delgada que las demás y me dirigí a donde ella estaba parada, con mucha sutileza comencé a quitarle la ropa ( su body  negro y la pequeñísima falda negra sin tanga ) ya hecho esto le ordene que se quitara medias y zapatillas. Tomé la cuerda por la mitad y la pase por su cuello, de ahí comencé a tejerlo alrededor de su cuerpo y atándolo con nudos planos, al frente de sus pechos, ombligo, cintura y entrepiernas. Cuando llegue a su vagina, abrí sus labios y pase entre ellos los dos cabos de la cuerda procurando que en medio de ellos quedara atrapado su clítoris, que al sentir las amarras se puso libido y duro, lo cual no me fue difícil hacer esta acción, con esto termine mi amarre y la observe como lo disfrutaba la caminar y el sentir el rose de las cuerdas alrededor de su clítoris, de verdad me gusto como se veía a lo cual volví a ordenarle: (preparar el almuerzo), ella salió y se dirigió a la cocina contoneándose exageradamente, al cabo de un tiempo comimos y después de eso nos sentamos en el sofá, ella se acurruco a un lado mío y comenzó a acariciarme mis entrepiernas a lo cual supuse que es lo que quería, me pare la tome del brazo y nos fuimos a la recamara, lo demás ya se lo imaginaran, ahí duramos un par de horas, y nos quedamos dormidos un buen rato más.

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Al alrededor de las cuatro de la tarde me levanté de la cama y la vi, profundamente dormida, así comencé a desatar las ataduras de su cuerpo fue entonces que ella despertó… hecho esto fui a traer un par de correas, la tomé de las muñecas y comencé a ponerle una en la muñeca izquierda y luego la otra en la derecha, me levanté y fui por el otro par de correas las cuales se las coloque en cada uno de sus tobillos, puse otras cuatro cuerdas y ate cada una de ellas a cada pata de la cama, ya terminado esto, la tome de su muñeca izquierda y la ate a una pata y con la derecha hice lo mismo, al terminar de hacerlo, la cogí de los tobillos y la jalé fuertemente, a lo cual sus brazos quedaron tensados por las cuerdas atadas a sus muñecas, de ella obtuve un gemido muy fuerte, tomé su tobillo izquierdo y también la ate fuertemente a la pata de la cama, e hice lo mismo con la derecha, y al fin quedo atada en forma de cruz, nuevamente indefensa, le quise colocar los googles negros, pero ella se opuso, y empezó agitar todo su cuerpo buscando querer soltarse, pero todo fue en vano, la tomé fuertemente de la mandíbula y le dije al oído, has roto la regla y ahora tendrás tu castigo, la tome del cabello fuertemente, levante su cabeza y le puse los googles negros, después la solté y me retiré, fui al baño y saque mi equipo de barbería y prepare todo para rasurarle todo el bello que tenía en el monte de Venus. Me acerqué y comencé a aplicar la espuma para rasurar, al sentirla comenzó de nueva cuenta a moverse, me pare y pellizque con firmeza su pezón derecho ella casi grita, volví a hablarle al oído y la amenacé, diciéndole: (si te vuelves a mover o a gritar, aparte de darte doble castigo te podre la mordaza de bola en la boca y créeme, de verdad quisieras tenerla libre para poder respirar más profundamente), entonces ella volvió a tranquilizarse y se quedó quieta, regrese y continúe con la operación de seguir rasurar, más quieta se quedó al sentir la navaja cercas de sus labios vaginales, y así continúe con mi trabajo de rasurarla toda.

Me pare y limpie con una toalla húmeda con agua el resto del jabón y sin avisar con la palma de mi mano le aplique una loción, al hacerlo ella ahogo un grito, pues brinco cuando le apliqué la loción, entonces con las yemas de mis dedos comencé a acariciar su clítoris, en un vaivén rítmico y muy suave, ella la sentir eso comenzó a pasar la lengua entre sus labios secos y continúe así cada vez más fuerte e introduciendo mis dedos cada vez más a su vagina, hasta llegar al clímax, pues al retirar la mano de ahí ya la traía mojada y ella en un frenesí que me sorprendió como se movía aun atada, me acerque y le quite los googles para que reposara un rato más en la cama y atada.

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Después fui al closet y saque de ahí unas pinzas para colgar ropa y la mordaza de bola y sin avisarle la tome de su cabellera y se la coloque en la boca, ella comenzó a protestar pero ya no le di oportunidad de decir nada más, cuando termine me acerque a sus turgentes senos y comencé a ponerle un par de estas pinzas alrededor de su areola izquierda, ella comenzó a agitarse fuertemente a lo cual no le puse atención y así continúe luego con la areola derecha, hecho esto, me dirigí a su vagina y comencé a acariciar muy suavemente sus labios exteriores de su vagina, muyyy suavemente tome uno y le coloque una pinza, y al igual que en sus senos, dio un brinco cuando sintió la presión de esta en su labio, tome el otro y le coloque una más, cuando termine vi como ella se agitaba de dolor y sentimiento, me pare la observe un par de minutos me paso por la mente el ponerle otro en el clítoris que para ese momento ya lo tenía erguido, me di media vuelta y me retire de la habitación, al salir cerré la puerta, fui a la cocina tome una soda en lata y me senté a ver la tv, ¿cuánto tiempo? No lo sé y no me interesaba.

Ya estaba obscuro me pare y fui a la habitación, ahí estaba, inmóvil, como tenía los googles no supe si estaba dormida, me acerque y me agache frente a sus senos y retire con cuidado la primera pinza, a lo cual ella brinco y comenzó a gemir nuevamente, sin reparar en esto continúe retirando una a una de estas pinzas, primero la de sus senos y después la de sus labios, por cierto, cuando se las retire de ahí, me di cuenta que brinco más que la de los senos, he de imaginarme que le dolió más las de la vagina que las que tenía en los senos, hecho esto, la volví a dejar otro rato ahí atada para que se tranquilizara un rato, esta vez solo fueron alrededor de quince minutos, regrese, retire de su boca la mordaza de bola, empezó a respirar profundamente y luego retire los googles, al hacer esto vi como tenia rojo los ojos de haber llorado pero no me dijo nada, solo acertó a cerrar los ojos nuevamente, así se quedó mientras la soltaba de sus ataduras, al terminar la ayude a levantarse, le ordene que arreglara esa recamara y que fuera a cenar, pues yo ya me iba a retira a dormir, ella sin mediar palabra lo hiso, y al terminar ella de hacerlo entre a la recamara y me encerré a dormir, ella se quedó afuera en la sala y ya no supe más de ella.

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Al día siguiente me levante a las nueve de la mañana, pues ya el sol estaba bien puesto, Salí y de nueva cuenta la encontré acurrucada en el sofá, sin ropa, regrese a la habitación, tome del suelo sus zapatillas y las coloque a un lado del sofá, volví a pasar la mano sobre su cuerpo y ella despertó al momento, con dificultad se incorporó y me abrazo, entonces le ordene: (ponte las zapatillas, báñate y prepara el desayuno pues ya tengo hambre), ella se puso las zapatillas y se retiró al baño.

Antes del mediodía habíamos almorzado y yo me retire a la pequeña sala y me recosté en el sofá, desde ahí vi como estaba haciendo la limpieza de la pequeña cocina, sin tener ni una sola prenda en su cuerpo, tan solo esas zapatillas negras, al verla así me entraron unas ganas salvajes de poseerla, pero espere a que terminara de su faena. Cuando termino se acercó y se paró frente a mí, retándome, me pare la tome de la cintura y piernas, la cargue y nos fuimos a la

recamara, de nueva cuenta, ahí pasaron un par de horas, Cuando terminamos, nos paramos, nos retiramos al baño, ahí nos bañamos juntos, nos nalgueamos, reímos, besamos y nos permanecimos juntos un buen rato.

Nos retiramos de ese lugar cercas de las seis de la tarde, al dejarla ya después en su casa, ella con una tristeza en sus ojos me pregunto: ¿cuándo volveríamos a vernos nuevamente?, mi respuesta fue la misma de aquella primera vez: ¿No lo sé, ya veremos después ?, bajo de mi auto y yo me retire a mi casa a descansar.

Continúa en... " Metamorfosis "

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