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Metamorfosis:

”Nunca andes por el camino trazado, pues te conducirá a donde otros ya fueron”.
Alexander Graham Bell

Semanas después ella se acercó a mí y comenzamos a platicar nuevamente de cosas triviales y dentro de esa plática me pregunto: ¿que soy yo para ti? Y extrañado le conteste “no entiendo tu pregunta” y ella volvió a insistir “si… que soy yo para ti “un poco confundido le conteste “quiero que seas mi sombra a mi lado, quiero que oigas, camines, escuches y sientas lo que yo siento… quiero que seas algo más que una pareja… eso es lo que quiero de ti.”
Entonces ella inclino la cabeza y me dijo “sabes te quiero mucho… nunca conocí a alguien como tú que me volviera a hacer sentir viva nuevamente, a sentir como es mi cuerpo, a saber cómo huelo, a sentir como salgo y entro a mi cuerpo cada vez que estamos juntos… he cambiado en esencia, no soy la misma, he despertado de un sueño para vivir una realidad tan hermosa, eres un ser que nunca pensé que soñando te encontraría… te quiero, te deseo y de una vez te digo que puedes hacer de mi persona, cuerpo y alma lo que tú quieras.”
Me le quede viendo fijamente y acariciándole el cabello negro y rizado le pregunte “¿eres capaz de dejar todo lo que tienes por mí?” ella asistió con la cabeza, y le dije “para mi eres como una oruga… después de vivir una vida te envuelves y sueñas, al despertar te das cuenta cómo has cambiado… que ahora eres una mujer completa, viviendo su libertad sin prejuicios, volando y sintiendo el aire por todo tu cuerpo desnudo, como el de una mariposa, disfrutando la libertad de tu propia alma.“ aquí hago un pequeño paréntesis… que extraña es la vida, encuentras la libertad sometiendo tu cuerpo y tu persona. Y continúo… “así es mi querida amiga… te has vuelto en una hermosa mariposa.”
Ella voltea a verme y sonrió al mismo tiempo que me abrazo durante un buen tiempo.
Días después la note rara, sentí incluso que me evadía, pero nunca dejó de sonreír o ser amable, así pasaron un par de semanas hasta que un buen día me dijo, “ven a comer hoy a mi casa quiero hablar contigo “la note rara pero feliz y acepte.
Ya más tarde en su casa y después de comer me dijo “quiero mostrarte algo y espero te guste “entonces ella se volteó y poco a poco se bajó el pantalón con todo y pantaletas y ahí me dejo ver su tatuaje que estaba situado debajo de su cintura… era una mariposa estilizada y de color negra, casi del tamaño de mi mano..., hermoso lugar para un tatuaje.
Ella me pregunto “¿Y… te gusto? “Yo un poco molesto le conteste que sí, cambie de tema y continuamos platicando, pero eso sí sin dejar de ver la cara de desconcierto que ella tenía.
Así pasaron un par de días y ella me preguntaba que, si volveríamos a estar juntos nuevamente, y le dije “si prepárate por que este fin de semana vamos a salir “ella sonrió, y así estuvo todo el día, así que nos preparamos para disfrutar una sesión más para este fin de semana.

El viernes decidí ir a una casa de renta, en la cual solo había lo indispensable pero muy acogedora, lejos del poblado y completamente solos donde nadie nos pudiera molesta. Pero lo que ella no sabía es la sorpresa que se llevaría cuando estuviéramos solos, así que prepare mi equipó en una mochila negra, cargue con lo más indispensable, cuerdas, una navaja suiza, un cepo metálico (lo compre para una ocasión especial) una tanga de listón rojo, antifaz gris, látigo de varias puntas de cuero, un collar negro de cuero, unos mosquetones, una cadena, tijeras, lubricador, vibrador de baterías, un vestido negro y unas veladoras.

Pase por ella al alrededor de las siete de la tarde como siempre en mi automóvil, ella llevaba puesto un vestido café con beige muy pegado, cinturón café y unas botas de igual color, pero de piel, el vestido se le ajustaba arriba de la pierna y cabello suelto. Subió al auto en el mismo lugar de siempre, el del copiloto, ella muy sonriente, me dio un beso y me dijo con una sonrisa en la boca… “A partir de hoy soy toda tuya, haz de mi lo que quieras ¿y por cierto este fin de semana abra reglas como la vez pasada?” Lo cual asistí con la cabeza y le dije “espera a llegar ahí y platicamos de eso”.

Después de una hora aproximadamente llegamos al lugar y bajamos todo, al entrar a la casa nos sentamos en la alfombra de la sala y le dije, “ son las mismas reglas de la vez pasada, espero te acuerdes de ellas “ ella asistió con la cabeza, entonces le ordene que se bañara y le dije “ te traje un regalo y le entregue una tanga de color rojo la cual era especial para hacer un moño en la parte de atrás y le dije, “ cuando salgas del baño quiero que la tengas  ya puesta y no olvides el moño he,” ella afirmo positivamente con la cabeza, se levantó y fue al baño, yo de igual forma me pare y me retire a la recamara, de ahí saque el cepo metálico y un candado los cuales deje a un lado de la cama y me senté a esperarla, ella después de un tiempo llego tapada tan solo con una toalla y le ordene “ retira de tu cuerpo la tolla y déjame ver tu cuerpo “ ella obedeció y dejo ver su cuerpo con la tanga puesta se veía de verdad hermosa, le había asentado bien el color rojo, la verdad sea dicha sentía que el corazón se me salía del pecho, ha de ser por que el color rojo tiene esa extraña magia de la excitación, a continuación le ordene que se subiera a la cama y se pusiera de rodillas, hecho esto me coloque frente a ella y tome su cabeza con cuidado y la hice que se inclinara hasta tocar la cama, hecho esto me di la vuelta, me coloque nuevamente detrás de ella y lo primero en colocarle fue el cepo metálico, sujete primero sus tobillos, y después le jale un brazo para colocarlo ahí, he hice mismo con el otro y por fin baje la contra parte del cepo y al estar juntos le puse el candado, hecho esto solo acerté a deshacer el moño de su tanga y me retire de ella, me quede contemplándola un largo tiempo, en esa posición a lo cual le dije, “ sabes… si me gusto tu mariposa y más en ese lugar pero deberías de haberme dicho lo que harías y no fue si… es que ahora y hasta el último momento que estés aquí serás reprendida por tomar decisiones sin consultarme antes y este es el primero, así te quedaras mientras salgo a comer algo y de regreso ya sabré que hacer contigo, me di media vuelta y Salí de la casa a ver que conseguía de comer.

Después de un rato regrese y al entrar la vi exactamente como la había dejado, me acerque a la cama, ahí donde ella estaba y le pregunte que si quería que le quitara el cepo y ella no dijo nada, de hecho ni se movió, entonces me pare a un lado de ella  y con ternura le fui quitando la tanga roja me di vuelta y camine hacia la mochila y de ahí saque una cuerda la cual doble por la mitad, con cuerda en mano me volví a dirigir a donde ella estaba y comencé a colocársela, empecé en la cintura y a la altura del ombligo la anude dejando dos cabos, los cuales pase entre sus piernas y en medio de sus labios vaginales, de igual manera los pase en medio de sus nalgas, junte las dos cuerda por el lado contrario de su cintura, en seguida me incline y con cuidado con mi mano abrí sus labios vaginales, que ya estaban muy turgentes, esto fue  para que quedara en medio de las cuerdas el clítoris, me incorpore y de igual forma le abrí las nalgas, tome de nueva cuenta los cabos en mis manos y jale con fuerza, a lo cual se dejó escuchar un gemido de parte de ella, así en la parte baja de su espalda ate con fuerza los cabos de las cuerdas, di media vuelta y fui a mi mochila, de ahí saque un lubricante del tipo “caliente” y volví con mi mariposa negra, me incline justamente detrás de sus nalgas y me dispuse a jugar un rato con su clítoris, humedecí mis yemas de los dedos del lubricador líquido y comencé a tocarlo a pellizcarlo suavemente, a rosarlo de arriba hacia abajo lentamente y así durante un rato, ella a su vez comenzaba a moverse con inquietud y a gemir fuertemente, me puse de pie y con mi mano izquierda separe como pude las cuerdas que estaba cubriendo el ano de ella, volví a humedecer con el lubricante mis dedos de la mano derecha y comencé a frotar alrededor de su ano, lenta pero muy lentamente, y vi cómo empezó a dilatarse, no perdí la oportunidad y comencé a introducir con suavidad mi dedo húmedo de lubricante al interior de su ano, ella se movía más y más… ya sus gemidos eran fuertes al igual que su respiración,

Solté las cuerdas y me volví a inclinar para volver a frotar su clítoris, comencé a frotarlo con más firmeza y así hasta que ella mojo la cuerda y mi mano, me incorpore y le dije “ no me gusta que ya tan grandes mojen la cama “ tome otra cuerda y  me dirigí a donde estaba su cabeza ahí ate un cabo de cuerda con su cabello y después de esto el otro cabo lo pase por la cuerda que estaba en su cintura y jale de nuevo con fuerza, esto hizo que ella mantuviera la cabeza erguida y en una posición de por sí ya muy incómoda, entonces me coloque  a lado de ella y comencé a decirle, “ sé que estas muy incómoda así, pero es una forma de que me pongas atención a lo que te voy a decir y solo me contestarías sí o no “ y continúe “ ¿te quedo muy claro que yo soy dueño de tu cuerpo?   “y ella dijo si”    “bueno pues a la próxima vez yo decido que se hará o no, y retomando el tema del concepto de mariposa, que por cierto te va muy bien en tu persona, yo decidiré que se hará más adelante, ¿estás de acuerdo?” Ella contesto muy agitada “ si “ y continúe “ya que de tener una vida fácil y aburrida ahora te enfrentaras a una situación que dará un verdadero sentido a tu vida, le dará dirección y gusto a tu sexualidad, la cual te garantizo que la disfrutaras al máximo hasta el último segundo que estés conmigo, sabes que tendrás recompensas y castigos según tu obediencia o rebeldía, todo será hecho a conciencia antes de hacer algo en tu cuerpo, ya sean premios o castigos.”

Terminado de decir esto, me acerqué a ella y solté sus ataduras de cabello, entrepiernas y cintura, luego solté sus pies y manos del cepo,

Ella quedo tendida, ahí en la cama, y antes de salir yo de la recamara, le ordene que se fuera al baño a duchar, ya más tarde salió de la recamara, totalmente desnuda y con unas zapatillas negra, se dirigió a mí, nos sentamos a platicar y más tarde nos retiramos a dormir, eso fue todo por este día.

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"El Amo te someterá durante el día, te acostará por la noche, descansará tu alma, guardará tu amor y te lo devolverá todo con un nuevo amanecer."
Anónimo

Fue una noche tranquila y me refiero a que no tuvimos ningún tipo de contacto sexual, pues deje que descansara bien esa noche, al día siguiente nos levantamos aproximadamente a las nueve y media de la mañana y le ordene que se pusiera hacer algo para comer y después nos bañaríamos juntos, he de recordar que, en el momento de estar solos, en estas sesiones, la regla es que en su cuerpo la única prenda que deberá traer son el par de zapatillas negras y nada más. Así se entenderá que al levantarnos nos fuimos a duchar juntos, el privilegio de esto es que juntos nos podíamos acariciar, manosear y masturbar en la regadera, también esta es una forma muy hermosa de convivencia en pareja, salimos de la ducha y fuimos a la recamara, ella tan solo seco su cuerpo con la toalla, se sentó en la cama y se colocó las zapatillas negra y salió desnuda rumbo a la cocina, yo me coloque una playera negra, un short negro y un par de calcetas blancas con unas botas de color beige, Salí de la recamara y al pasar unos minutos, ya estábamos sentados desayunando, ahí vi con asombro como sus senos estaban brillosos y turgentes.

Al termino del almuerzo, nos sentamos juntos a oír música un buen rato yo sentado normal en un sofá y ella se acostó en él, poniendo su cabeza en mis piernas y sus piernas en la codera del sofá. Luego le ordene “ponte el vestido negro que traje en la mochila” ella obedeció y se retiró a la recamara mientras yo comencé a preparar mis cuerdas las cuales comencé a colocar en un arco de la casa, ahí había colocado cuatro armellas, dos en la parte superior y dos en la parte inferior del mismo y espere a que ella saliera de la recamara. Se presentó con un vestido negro de licra abierto todo desde el pecho hasta los tobillos, solo sostenido por un par de broches, uno en el pecho y el otro en la cintura, sus zapatillas negras que tanto me gustaban, así le indique que se colocara debajo del arco y ella lo

 hiso, tome uno de sus brazos y en la muñeca de este ate un cabo de la cuerda de algodón firmemente, luego tome el otro e hice lo mismo en la muñeca, me incline ante ella y le ordene que separara las piernas lo más abierto que se pudiese, de igual forma como lo había hecho con las manos lo hice con las piernas, ate con firmeza un cabo de la cuerda de algodón en su tobillo y luego hice lo propio con la otra pierna, ya estando así ella atada de los tobillos y con las piernas bien separadas, ate y tense fuertemente la cuerda de su pierna derecha a la argolla que estaba empotrada en la pared del arco, luego fui a la argolla del lado izquierdo y jale la cuerda fuertemente para que sus piernas quedaran lo más separadas como fuera posible, hecho esto me pare ante ella y comencé con el brazo derecho, estire la cuerda hasta que este, quedo bien tensa y ate la cuerda a la armella correspondiente que estaba colocada en la parte superior del arco, luego hice lo mismo con el brazo izquierdo, ella solo gimió en esta última parte.

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Ahora ya la tenía ahí atada nuevamente y dispuesta de hacer lo que a mí me plazca con ella y su cuerpo, me coloque detrás y tome de mi cintura un pedazo de seda negra, con el cual le cubrí los ojos, solo se escuchaba como jadeaba de ansiedad y ahí permanecí un par de minutos observándola a lo cual solo agachaba la cabeza sin saber que pasaría, me acerqué y susurre a su oído, “ bien aquí estamos solos nuevamente, yo con todo el poder de decidir qué hacer contigo y tu indefensa solo te queda soportar todo lo que venga, ella solo volvió a gemir, entonces comencé a tocar suavemente todo su cuerpo, sus brazos, sus senos, vientre y piernas, después de esto la tome de su rizado cabello y con fuerza jale la cabeza hacia atrás y le dije “ bueno vamos a comenzar el día de hoy a lo cual te digo que el castigo del día de hoy va a ser por haberte tatuado sin mi permiso, tú deberías de habérmelo consultado primero ya que tu cuerpo es mío y de nadie más… ni siquiera es tuyo, así es que este fin de semana será… un fin de semana muy largo, además te recuerdo la regla primordial de estos días, no quejarte pues te puede ir peor.

 

Así comencé por quitarle el vestido (por cierto se veía muy bien es su cuerpo) primero comencé por retirar el broche de su pecho, desnudando sus frondosos senos, por los cuales pose mis manos acariciándolos suavemente y sin previos aviso les di un par de apretones fuertes, ella gimió a lo cual seguí acariciándolos hasta tocar con mis dedos sus pezones, y  de la misma forma sin avisarle los pellizque con fuerza, por lo cual ella soltó un gemido profundo, ya no le llame la atención pues a partir de ese momento ya era mía y solo mía y podría hacer con ella lo que yo quisiera, recorrí con mis manos su cuerpo sobre todo por la parte de debajo de sus senos y así hasta llegar a si cintura y cuando mis manos tocaron el broche que sujetaba su vestido, este lo solté,  y así pude retirar su vestido en su totalidad, quedando solo con sus zapatillas negras y una tanga del mismo color, comencé a pasar mis manos entre sus piernas rosando con ellas su vagina, solo sentía como sus labios vaginales se empezaban a erguir al friccionarlos con mi mano y brazo, en seguida desabroche los nudos de su tanga y la retire de su cuerpo soltándola a un lado en el piso, quedando totalmente desnuda, por último, me incline y comencé a acariciar sus muslos, pantorrillas y tobillos, por ultimo con cuidado le quite las zapatillas de sus pies, una por una.

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" Encontrar ese alguien que sepa atar los deseos de tu cuerpo, las fantasías de tu mente, la esencia de tu alma."

Koteho

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Me retire un par de pasos para observar a esa hermosa mujer, así pude ver su desnudes hermosa, muy hermosa, la mire por un largo rato, ella tan solo tenía la cabeza inclinada hacia abajo, vi como su cuerpo al pasar el tiempo se tensó,  las cuerdas en forma de ataduras empezaban a ajustarse en sus muñecas y tobillos, dejando marcas profundas en su piel morena, me he de imaginar que por esto ella comenzaba a sudar, tal vez podría ser por el calor que hacía en esa época del año o también podría ser por la forma incomoda de estar atada. Así que camine hacia ella, Pase por su costado derecho y me coloque justamente atrás de ella, a sus espaldas, tome una silla verde de plástico que estaba por ahí cerca de nosotros y me senté a observar su tatuaje, esa mariposa negra, que estaba  justamente arriba de sus frondosas nalgas morena, he de decir que armonizaba  en ese lugar privilegiado de su cuerpo, en ese precisos momento divague, en el sentido de que se veía bien o no su tatuaje, así pasaron alrededor de quince minutos, me trajo de regreso el hecho de que su cuerpo de vez en vez daba un pequeño brinco y temblaba como gelatina, por lo cual recordé que ya era hora de comenzar su castigo.

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Así que me puse de pie y me dirigí a donde estaba mi mochila, de ahí tome un cintura negro de cuero, di vuelta y fui a la cocina de ahí tome un balde de agua vacío, el cual medio llene de agua y con ese balde de agua en mi mano y el cinturón en la otra me dirigí a donde estaba mi mariposa negra, puse el balde en el piso e introduje el cinturón quedando este totalmente mojado, lo sacudí para quitar el exceso de humedad impregnado en él, ella al oír el ruido que yo hacía, quiso voltear para saber que estaba haciendo, pero su posición de estar atada y vendada, no pudo tener idea de lo que estaba pasando, así que levante mi mano con el cinturón  y con fuerza le aplique el primer golpe  en sus nalgas, ella dio un pequeño brinco, pero fue tan pequeño como las cuerdas atadas en sus pies y manos se lo permitieron, al mismo tiempo de su garganta salió un gran grito y unas palabras de protesta, de esta forma y con más fuerza le aplique tres más, en ese momento ella entendió que ya no debería seguir quejándose, así que hice una pequeña pausa, di un paso hacia atrás, observe esas pequeñas marcas en su cuerpo, me acercar a ella para continuar con el castigo aplicándole más golpes hasta sumar seis, volví a dar un paso atrás y deje el cinturón en la silla verde que con anterioridad había usado para sentarme, y solo así pude escuchar el silencioso llanto que hacia como un pequeño susurro de amor.

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Volví a acercar a ella, me arrodille exactamente detrás de sus ya marcadas nalgas, acerque mi rostro y comencé a lamer, una por una, esas canaletas rosadas e hinchadas, hechas con anterioridad con mi cinturón de cuero negro.

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Me levante, di vuelta y me dirigí a donde estaba la silla, de ahí retire el cinturón, el cual puse en el piso y me senté ha observarla de nueva cuenta, así pude ver como de vez en vez temblaba y como su hermoso cuerpo moreno sudaba copiosamente, deje pasar diez minutos, luego me puse de pie y me dirigí hacia ella, la tome del cabello y jale con fuerza hasta que su rostro y el mío estaba de frente, junte mis labios con los de ella y la bese tan profundamente que la deje sin aliento, cuando separe mis labios de los suyos, pude observar cómo le costaba trabajo respirar, después de pocos segundos ella susurro una sola palabra que me éxito, la cual fue “ te amo “ di vuelta, y camine hacia donde estaba el cinturón en el piso, lo tome entre mis manos, volví a donde estaba ella y le aplique otros diez golpes, fuertes y enérgicos, pero esto ocasionó dentro de mi frenesí ya no pude escuchar en que momento ella comenzó a llorar, hasta que termine de darle los golpes, fue así como deje el cinturón a un lado en el piso y me coloque de rodilla, acerque mi rostro a sus nalgas ya bien marcadas y en comencé a lamer cada una de esas marcas, ahí observe como ya tenía bien libido el clítoris e hinchados sus labios vaginales, a lo cual me dio una idea para compensar su tramo amargo.

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Me puse de pie y camine a donde estaba mi mochila, de ahí saque un vibrador en forma de pene, di vuelta y camine hacia donde estaba ella, me coloque de frente y lentamente fui acercándoselo a sus labios, ella al sentirlo voltio el rostro a un lado, en ese momento le dije “ Bésalo“ y ella giro su rostro hacia mí, de tal forma que yo le coloque el vibrador en su boca y lentamente saco la lengua y comenzó a lamerlo, entonces puse mi mano izquierda es su vagina y la apreté con fuerza,  al mismo tiempo le repetí “ bésalo como si fuera el mío “ y ella más que besarlo comenzó a chuparlo con desesperación, lo retire de su boca y me incline, tome el vibrador con mi mano izquierda y con la mano derecha comencé a frotar su vagina lentamente,  al principio sentí muy tersos sus labios vaginales, pero poco a poco comenzaron  a ponerse muy rígidos, el clítoris creció poco a poco y comenzó a humedecer mi mano con ese viscoso y tibio liquido de amor, al verla como se agitaba y jadeaba cada vez más y más, con mi mano ya exageradamente húmeda, tome el vibrador y comencé a untarlo todo, ya una vez hecho esto, agarre el vibrador de la base y coloque la punta entre sus labios vaginales, así poco a poco comencé a introducirlo en su vagina, primero comencé con un movimiento suave a introducir la punta y sacarla, así frote varias veces su vagina con el vibrador, ella estaba al punto del orgasmo, en ese momento lo metí más de la mitad y lo volví a sacar, ella ya sudaba mucho… jadeaba y se agitaba, lo hice aproximadamente diez veces más, me sorprendió el hecho de que todavía no le llegaba el orgasmo, ya para este tiempo su cuerpo bien sudoroso y excitado, se movía exageradamente a pesar de estar atada, por lo cual saque el vibrador de su vagina y me puse de pie, ella entre sollozos y sudor me suplico que siguiera, no le hice caso, camine hacia donde estaba su tanga negra, me agache y la tome del piso, di vuelta y me dirigí de nueva cuenta donde estaba ella, así fue como comencé a ponerle la tanga, primero ate un lado de ella a su cuerpo, luego con el vibrador en mano coloque este entre sus labios vaginales y fui introduciéndolo poco a poco a su vagina, y antes que penetrara más gire la base de plástico rojo, y este comenzó a vibrar con fuerza, mi mariposa negra ya no jadeaba, aullaba de placer, así que tome los otros extremos de la tanga y los ate a su cuerpo, y con mucho cuidado sujete aquel vibrador con la tanga negra de tal forma que este no pudiera salir de su vagina ya de por mas húmeda. 

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ella seguía excitada y de verdad no sé cómo podía aguantar tanto, di vuelta y me retire de ahí, tome una silla verde y me senté frente a ella, observe… como su rostro sudaba y lloraba a la vez del placer que le ocasionaba el aparato, su cuerpo se tensaba más, por la desesperación, a la vez que ya estaba bañado de sudor, y así duro cinco minutos hasta que ella dio un grito y su orgasmo llego… y de qué manera, nunca había visto algo así, ella después de esto aflojo todo el cuerpo, quedando este, solamente sostenido por las cuerdas que la mantenía atada.

Me levante de la silla y me dirigí a ella, con mis manos comencé a recorrer su desnuda cintura y cuando estas llegaron a los nudos de su tanga negra, los desate, dejando caer esta al piso, con mi mano derecha tome el vibrador por la base y jale hacia fuera hasta que este quedo totalmente separado de su vagina caliente, lo deposite en el suelo y ahí comencé a desatar sus ataduras de sus pies, que por cierto note que le quedaron marcas muy profundas en su piel, al desatar cada una de ellas note que le costó mucho trabajo juntar las dos piernas de nuevo, después le solté un brazo, el cual dejo caer sin fuerza, pero cuando le empecé a desatar el otro, ella aflojo todo su cuerpo al grado que tuve que sostenerla ya que vi que un poco más y cae al suelo, sus piernas y brazos quedaron sin fuerza, así termine de desate su otro brazo y con cuidado la coloque en el suelo, ahí había una alfombra pequeña, a lo cual de dije “cuando te sientas mejor te bañas y reposas un rato, por ahora es todo“ me retire un rato a ver la televisión, y ahí note como se quedó una hora recostada en el suelo cubriéndose el rostro con un brazo y no sé por qué, seria para que no la viera llorar o simplemente se había quedado dormida.

 

Después de ese tiempo se levantó y fue a bañarse, después de un rato salió de la regadera desnuda, solo portaba en su cuerpo un par de zapatillas negras, camino hacia donde estaba yo sentado en un pequeño sofá para dos, ella se sentó junto a mí y subió sus piernas, las junto y se acurruco a mi lado, así los dos juntos vimos la televisión, ahí nos dio la noche, ella más tarde así desnuda como estaba, preparo algo ligero para cenar, al término de esta nos retiramos a dormir, para no entrar en detalles fue una maravillosa noche, esa la que vivimos juntos.

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Después de haberla  atado y arrojarla a la cama, la solté de sus ataduras dejándola un par de minutos para que descansara, al cabo de un rato le pedí que se fuera a bañar y así lo hiso, salió del baño y fue directamente a la recamara, de ahí salió con una diminuta prenda blanca en su cuerpo y una pulsera de colores, se sentó a mi lado para ver la televisión, ahí estuvimos un buen rato y ya comenzaba a obscurecer cuando le dije “mira en la mesa hay seis veladoras y quiero que las prendas y las dejes ahí nuevamente, después de eso quiero que te quites las prendas que traes y te pongas de rodillas debajo del arco, ahí me esperas a que yo llegue por ti.

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Ella obedeció, se puso de pie y camino hacia la mesa de centro, ahí había 6 veladoras de colores y unos cerillos, así que tomo una a una y la comenzó a prender, cuando ya termino, camino hacia el arco, ahí desato los nudos que tenía la diminuta tanga blanca, desabrocho su pulsera y una vez ya sueltas las prendas, las arrojo a un lado de ella y lentamente se fue arrodillando debajo del arco.

Me puse de pie tome y camine hacia donde estaba mi mochila, de ahí saque un par de cuerdas, una cadena y dos mosquetones (sujetador que usan los escaladores para sus cuerdas en alpinismo) di media vuelta y camine hacia ella, me coloque a un lado y pase las cuerdas por las armellas que utilice en la mañana para sujetar las manos, pues iba a hacer lo mismo nuevamente… a atar de nueva cuenta sus manos, así que tome su mano derecha, está la tenía en reposo en su pierna del mismo lado, y ate firmemente el cabo de la cuerda a su muñeca, jale la cuerda para que esta quedara un poco arriba de su cabeza, luego me levante de ahí y camine al otro lado de ella y de la misma forma que hice con su mano derecha, hice con la izquierda, hasta que esta quedo un poco arriba de su cabeza, ya una vez ella atada de sus manos y estas levantadas un poco arriba de su cabeza, me levante y tome un par de cuerdas que ya había traído conmigo y me acerque a ella por la parte de atrás, me incline, tome una cuerda de las dos que llevaba y ate uno de sus tobillos, luego pase la cuerda entre su pierna derecha y jale la cuerda, no muy fuerte, para atar esta a una armella que estaba ya colocada en el arco, me levante y volví a hacer lo mismo con su pie y pierna izquierda, hasta que esta también quedo atada a una armella, de esta forma, le impediría a ella cualquier intento de que pudiera ponerse de pie.

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Me levante de ahí y camine a mi mochila nuevamente, de la cual tome un collar de cuero negro con una argolla metálica, regrese a donde estaba ella, me incline frente a ella, y con la mano fui haciendo a un lado su rizado cabello, hasta dejar desnudo su cuello, de esta forma le coloque el collar, ya una vez puesto y ajustado a su cuello, tome un mosquetón del piso y este lo enganche a la argolla de su collar, de nueva cuenta del suelo tome el tramo de cadena, el cual enganche al mosquetón que estaba en la argolla de su collar. Entonces con mucha delicadeza la tome de su cabeza y la fui inclinando poco a poco hasta que esta quedo separada del piso unos 30 centímetros, fue así como enganche el otro extremo de la cadena a una argolla que ya estaba previamente colocada en el piso, de manera que ella ya no podría levantar la cabeza y mucho menos incorporarse a voluntad.

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Me levante de ahí tome un cepo metálico de color negro, un candado y una cuerda que ya había dejado con anterioridad y de nueva cuenta me puse detrás de ella, me incline, solté sus amarras que aprisionaban sus tobillos y piernas, luego le dije que inclinara su cuerpo un poco mas para que ella quedara  totalmente de rodillas y con las piernas medianamente separadas, abrí el cepo y lo acomode de tal forma que sus tobillos coincidirán con los espacios del cepo, cerré el cepo y le puse un candado, luego tome la cuerda y con ella amarre firmemente el cepo, luego con el tramo sobrante de la cuerda, esta la ate a una armella que ya de igual manera estaba colocada previamente en el piso, dejando ver una hermosa estampa de una sumisa hincada lista para servir a su amo.

 

Por último, tomé una a una las veladoras de colores que ella ya previamente había encendido y las fui colocando alrededor de ella, tres del lado derecho y tres del lado izquierdo, esto genero más calor del que ya había en ese lugar, como ya les había comentado en esta época del año, el calor llega a subir hasta los 35° C a la sombra y a esto le aumentas el calor con las veladoras… créanme que ella ya sudaba copiosamente.

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Me incorpore de nueva cuenta de ahí, camine hasta quedar frente a ella y le dije “ves así me gusta ver tu mariposa, me gusta que me la muestres en plenitud, que la luzcas para quien debe de ser, pero todavía tengo varios pendientes contigo.” 

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Dicho esto, de nueva cuenta me posicione detrás de ella y me incline, con la palma de mi mano, comencé a frotar sus labios vaginales, suave… muy suavemente con las yemas de mis dedos, de inmediato vi como sus labios vaginales se pusieron turgentes y dije “si me humedeces la mano, te daré un correctivo que no te gustara, así que relájate y nada de venirse antes de tiempo he“ dicho esto proseguí jugando con sus labios, luego comencé a tocar su clítoris que ya estaba totalmente erguido, el cual comencé a aprisionarle y a juguetear con él, usando las yemas de los dedos de mi mano y que decir… paso lo que tenía que suceder… me mojo la mano, y sin previo aviso le solté un par de nalgadas muy fuertes, las cuales le quedaron marcadas en su piel morena, ella se quejó y quiso incorporarse de inmediato, pero no pudo, se lo impidieron el cepo en sus pies y la cadena que tenia en el cuello, yo al ver que se quiso revelar, comencé a plantarle más nalgadas, una  tras otra, la verdad no supe cuántas, pero cuando me di cuenta, ella ya estaba llorando, me levante y camine frente a ella, me incline, la sujete de su cabello rizado y le levante la cara hasta donde me dejo la cadena y le dije “vez lo que pasa por desobedecer mis órdenes, ahora quiero que disfrutes tu castigo, así como disfrutas todo lo bueno que yo te he dado” solté su cabello, me retire de ella y tome una silla, me senté en ella y me quede nuevamente observándola durante un buen rato. (He de decir que al sentarme en la silla y verla como se agitaba de cansancio, dolor, desesperación o placer, me satisface mucho, alimenta mi ego de poder, de tener el control total sobre ella, esas es la razón de sentarme y ver mi obra.)

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Así permaneció por media hora más, me levante y me acerque a ella, retire de ahí las veladoras y comencé a soltar sus ataduras, cuando llegue a soltar las ataduras de sus manos, ella se desplomo en el suelo, soltó un gemido, y se colocó en posición fetal y ahí se quedó dormida, en el tapete, lo único que tenia en su cuerpo para cubrirlo y pasar la noche, era su collar negro, ya no dije nada, di vuelta y me retire a la recamara a dormir.

El lunes temprano me levante y la encontré recostada en la alfombra grande que se encontraba en el centro de la sala, la desperté y la invite a juntos nos bañáramos, para estar listos e irnos a trabajar, cuando ya estabas limpios y vestidos, le pedí amablemente que recogiera todo lo que habíamos usado ese fin de semana, ella recogió y guardo en la mochila negra, la cual me eche al hombro, la tome de la mono y así salimos de ese lugar, subimos al auto y nos retiramos a trabajar.

Un amo mediocre ordena, 
Un buen amo enseña,
Un amo exelente explica, 
Pero un verdadero amo
"Inspira"


David Pertus.

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Al día siguiente nos levantamos tarde de la cama, la invite a que se bañara conmigo, salimos y fuimos a la recamara, yo tome mi pantalón corto negro, playera negra y calceta blanca con botas negra, ella tan solo seco su cuerpo con una toalla y se colocó sus zapatillas negras, después salió de la recamara a hacer algo para desayunar, esto nos llevó un tiempo significativo pues ya era el medio día, así que al terminar le comente “me gustó mucho el tatuaje de mariposa y más al saber que solo yo puedo poseerla, para gratificar el simbolismo que le has dado, are algo que te gustara en tu desnudo y bello cuerpo, pero antes quiero que sepas, que solo yo podré ver esa mariposa posada en ti… y nadie más, ahora así como estas ve y colócate  por debajo del arco, en posición firme y abrirás un poco las piernas“  Ya estando ella en esa posición, me levante de la mesa del pequeño comedor y me dirigí a la recamara, ahí busque mi mochila y saque unas cuerdas de algodón de color natural, las tome y me dirigí a donde estaba ella, solté las cuerdas en el piso y me quede con una en las manos, así empecé pasar la cuerda entre sus brazos, espalda y pechos, haciéndole un amarre clásico en forma de “V” quedando de esta forma bien atados sus senos y el cuello, ella no decía nada, estaba firme y silenciosa.

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Me agache y cogí del suelo otro tramo de cuerda, con el comencé a atar primero su cintura, dejando el nudo bien firme por detrás de su espalda, exactamente arriba de sus nalgas, dejando dos cabos largos libres, con ellos los pase entre sus piernas y dejándolos parcialmente sin atar en su vientre, me puse frente a ella y me agache, al mismo tiempo le ordene que abriera más las piernas, ella lo hizo, en ese momento note como la vagina ya estaba muy excitada, los labios vaginales ya estaban hinchados y el clítoris libido, entonces aproveche y acomode las cuerdas de tal modo que el clítoris quedara en medio de las dos cuerdas y sus labios vaginales pasaran por fuera de estas, me incorpore y tome los cabos parcialmente colocados al frente de su vientre y jale con fuerza, ajustando las cuerdas a su cuerpo, de ella salió un gran gemido.

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Entonces le ordene que juntara sus piernas, así lo hizo, me volví a inclinar y del piso tome otra cuerda, la cual comencé a pasar por arriba de sus rodillas, hice dos pases y al termino jale con fuerza quedando estas totalmente juntas e inmovilizadas, anude firmemente y por ultimo tome otra cuerda y de igual manera hice dos pases en sus tobillos dejando bien atados sus pies y limitando también cualquier tipo de movimiento, tome del piso el último tramo de cuerda y me levante, camine hasta colocarme a sus espaldas, le ordene que pusiera sus manos atrás de su espalda y ella lo hiso, una vez hecho esto, tome sus muñecas y las ate tan firme que sería imposible desatarse, para esto he de recordar que ella llevaba puestas las zapatillas negras, al terminar esto, fui a la recama y ahí en la mochila saque un espejo mediano casi del tamaño de dos palmas de mis manos, con el di media vuelta y me dirigí a donde estaba ella, se lo coloque al frente para que ella se viera en él, esto es para que nunca se le olvide lo que estaba viviendo.

En su rostro note un aire de satisfacción morbosa, pero no dijo nada. Di vuelta y camine al exterior de ese lugar, ahí afuera había unos ladrillos rojos de los cuales tome dos y entre de nueva cuenta al lugar donde estaba ella, ahí de pie, me incline y puse uno encima del otro, ella no dejaba de observar con mucha curiosidad, a lo cual pregunto con una voz entrecortada por falta de aire, no sé pero supongo que era de una emoción extraña “¿para qué son esos ladrillos?”, esta pregunta y el hecho de que ella hablara me causó molestia y creo que ella lo noto pues al momento me pidió perdón, por lo cual no acepte y le dije, “bueno pues por haberme dirigido la palabra, tendrás que aceptar sus consecuencias“ y ella inmediatamente dibujo en su rostro un gesto de preocupación, me dirigí a donde estaba la silla verde y se la acerque por detrás, la tome de los hombros con fuerza y le dije “siéntate”, ella con mi ayuda apenas pudo sentarse en la silla, vi en su rostro un rictus de dolor no le pregunte nada pero he de suponer que fue porque ella al sentarse las cuerdas se tensaron en su vagina y estas aprisionaron con fuerza su clítoris, me incline ante ella y así fue como pude retirarle las zapatillas de sus pies, las cuales puse a un lado pegadas a la pared, entonces volví a ella y tomándola de los brazos la ayude a incorporarse de nueva cuenta, ella al sentir la intensión que tenía me ayudo a hacerlo, y sin decir nada con el mismo impulso de la levantada y su peso la cargue e mi hombro, ella dio un gran grito, al cual hice oídos sordos, así como la traía al hombro con cuidado hice que sus pies se colocaran encima de los ladrillos y con un poco de dificultad la ayude a que se colocara de pie, apoyándose encima de ellos, en ese momento ella se dio cuenta que el equilibrio se perdía fácilmente y de caer como fuera la forma, iba a doler mucho y no podría ella meter las manos pues las tenía atadas a la espalda pero … guardo silencio.

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Entonces di media vuelta y fui a la recamara y llegue hasta donde estaba la cama y en ella mi mochila, de ahí saque un antifaz negro, lo tome y volví a donde estaba ella, me vio llegar con el antifaz en las manos, no dijo nada, así que como pude se lo coloque en el rostro, di un paso hacia atrás y la observe, me volví a acercar y se lo acomode de tal manera que no pudiera ver nada, al término me separe de ella y me dirigí a donde estaba la silla verde, y me senté, les cometo que cuando termine de colocar el antifaz en su rostro, sentí un exagerado calor que emanaba de ella, lógicamente ya comenzaba a sudar copiosamente, le escurrían grandes gotas de el por todo el cuerpo, (aquí quiero comentar que en esta parte del estado de Morelos en época de primavera, no corre aire en el exterior y se registran temperaturas mayores de 32 a 38 grados centígrados, ya se imaginaran el calor en el interior de un lugar cerrado y sin calefacción,) ella ya colocada de pie sobre los ladrillos, con los ojos cubierto y sudando demasiado, la observe por un largo rato, en ese tiempo le dije “te imaginas mi amor, ¿qué pasaría si pierdes el equilibrio y te caes, de qué forma te imaginas que te golpearías en ese hermoso cuerpo, mmm yo creo que algún moretón en tu hermoso cuerpo moreno no se vería bien verdad, tu qué piensas mi amor?

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Después de lo dicho me levante de la silla y me acerque a ella de frente, tome las amarras de su cintura y desate los nudo, tome las cuerdas con mi mano derecha y jale hacia arriba con fuerza, haciendo que estas se introdujeran más entre sus nalgas y vagina, separando más los labios vaginales y apretando al máximo su clítoris, sin soltar las cuerdas que estaban al frente de ella me coloque atrás y tuve que abrirle las nalgas para que la cuerda corriera bien entre ellas, así fue que di el último ajuste con fuerza, luego volví a anudar estas cuerdas de nueva cuenta al frente de su vientre, y por supuesto que ella no gimió, grito al sentir como esas cuerdas le quemaban el interior de su cuerpo, dejando así aprisionado su clítoris ya de por sí muy libido.

Di media vuelta y me fui a sentarme a la silla verde para verla de frente y le dije “así te quedaras hasta que yo quiera y te diré algo más, te perdone una buena dotación de golpes con el cinturón pues creo que con esto va a ser suficiente por tu rebeldía.” Y ahí permanecimos alrededor de media hora, la verdad ya la veía mal… temblaba y medio doblaba las piernas como si se fuera a desmayar, así que me levante y fui a la recamara, del piso tome un ventilador sin pedestal color gris y volví a donde estaba ella, lo coloque de nueva cuenta en el piso lo direccione  y lo encendí al nivel más bajo para que se refrescara un rato, solo así resistió el castigo.

Me pare de la silla, me pare frente a ella que de por sí ya temblaba mucho, me he de imaginar que de cansancio por la posición en que estaba, la tome de las piernas con mis brazos y la cargue, y así en mis hombros la lleve a la recamara y ya estando frente a la cama, ahí la arroje quedando tendida sobre ella.

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Atada y desnuda y así la deje una hora más, a solas, con una música de fondo de esas para relajar el cuerpo y yo me retire a ver un rato la TV.

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Estaba yo en una pequeña sala de ese lugar viendo la TV y ya era noche, me levante y fui a la recamara a ver como estaba mi mariposa negra, llegue al pie de la cama y ahí la encontré, tendida y boca arriba con las piernas estiradas, la note más relajada y muy tranquila, me dio la impresión de que estaba dormida, me acerque y me senté en la cama a un lado de ella y comencé a soltar sus ataduras, primero la de sus pies, luego la de sus rodillas, aquí es donde ella deja salir de su boca un pequeño gemido, luego con mucho cuidado solté sus amarras de la cintura así pude retirar las cuerdas de su cuerpo, la tome a ella de la cintura y la gire sobre la cama para ponerla boca abajo, le retire las cuerdas que tenía atadas sus manos, volví a girar su cuerpo para volverla a dejar boca arriba, de esa forma ella ya pudo sentarse sobre la cama, por ultimo le retire las cuerdas que aprisionaban sus turgentes senos, aquí note como le habían quedado marcas de sus ataduras en todo el cuerpo, entonces le dije que fuera a darse un baño para cenar e irnos a dormir.

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Continúa en... " La Aceptación "

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